Etiopía es un África diferente, lejos de los safaris, con 9 maravillas declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, aquí la aventura es arqueológica.
Los templos de las islas del lago Tana, las iglesias del siglo XII excavadas en la roca en Lalibela, los castillos medievales de Gondar y los frescos de influencia bizantina de sus iglesias. Y aquí justamente es donde, según la tradición etíope, se encuentra la verdadera Arca de la Alianza, custodiada por un monje cuya misión es vigilar esta reliquia hasta su muerte. Es el único país que nunca ha sido colonizado por potencias Europas. Con una lengua escrita, una religión propia y una rica historia cargada de leyendas, recogida en un códice del siglo XIV, que se transmite de generación en generación sin que nadie cuestione su verosimilitud. Nada en Etiopía es igual que en sus países vecinos.
Participar en la ceremonia del café es otra manera de acercarse a esta cultura. Cuentan que por el año seiscientos vivía un pastor llamado Kaldi, que un día mientras cuidaba de sus cabras se dió cuenta de que éstas estaban nerviosas y se comportaban de un modo extraño tras tomar un extraño fruto rojo. El pastor tomó algunas ramas y las llevó al abad que preparó con ellas una infusión de un perfume cálido y que hacía desaparecer el cansancio. Así nació el café, de Etiopía al mundo.