África en estado puro.
El delta del Okavango es un fenómeno que crea uno de los ecosistemas más asombrosos del planeta, y aquí se pueden ver los leones nadadores zambulléndose en el agua porque las reglas de la caza se adaptan al Okavango. La lucha por la vida se hace omnipresente. Desde el aire es como mejor se disfruta de toda esta belleza, en una avioneta al estilo Denys Finch Hatton , o en un plácido paseo en globo. O navegando en un mokoro (una barca tradicional) entre papiros y nenúfares, sorteando hipopótamos y cocodrilos… O galopando a lomos de un caballo, que te acerca aún más a la naturaleza. Todo aquí de pronto parece más salvaje y auténtico.
Paneles solares, gestión de residuos, reciclaje de agua, contratación de personal local… Botswana apuesta por un modelo ecoturístico de bajo impacto, y sus alojamientos de lujo cumplen las normativas del cuidado de la tierra, la vida salvaje y la comunidad. No hay plásticos, las bolsas son de tela. Las estructuras de madera y textiles.
De la lengua de los clics de los boquimanos del Kalahari, a las pinturas rupestres de Tsodilo Hills. El Parque Nacional de Chobe que alberga la mayor población de elefantes del continente, los paisajes lunares de los salares de Makgadikgadi… Botswana es mucho, muchísimo más que safaris.